Dulcemente creces en el regazo de sus praderas
Pechos gelidos te brindan mieles eternas
Arrullado por el cristalino canto de tus entrañas
Forjadora de generaciones
Te apuntalas en las virtudes de vuestros ancestros
Erguida cual faro que nos indica el rumbo
En amaneceres colmados de ezperanzas
Coronada de guaduales
Salpicada de carbonerosCiñe el Cauca tú sensual talle
Extasiado en el trinar de innumerables aves.
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