Del poeta palmirano Ricardo Nieto.
En esta piedra -- caminante -- un díahubo un amor tan puro y cristalino,
que las salvias y helechos del camino
se estremecen y lloran todavía...
Una mujer que se llamó María,
mejor, un ángel cándido y divino,
desde esta piedra contempló el Destino
que por la senda del dolor subía.
Han pasado los años, y la piedra,
en donde hoy sube la sinuosa yedra,
es un testigo doloroso y mudo
de aquel idilio que empezó en el suelo
y si en la tierra terminar no pudo
lo hizo en las playas místicas del cielo..
Hacienda El Paraíso, escenario de la novela cumbre del romanticismo María.
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